¡Así Garantizamos Tu Seguridad! Métodos de Prueba y Resultados.

¿Alguna vez te has preguntado cómo se aseguran de que los chalecos salvavidas sean realmente seguros? Sometiendo a los chalecos salvavidas a una serie de pruebas extremas para asegurarse de que cumplen con los más altos estándares de seguridad.

Primero, los chalecos se enfrentan a un verdadero desafío climático.

  • Proceso: Se ponen en una cámara de calentamiento a 65 °C durante 8 horas. Luego, se trasladan a una cámara frigorífica a -30 °C por otras 8 horas. ¡Y se repite esto 10 veces!
    • Objetivo: Asegurarse de que los chalecos puedan soportar temperaturas extremas sin perder su eficacia.

¿Flotan o no flotan? Esa es la cuestión.

  • Proceso: Se sumergen los chalecos en un contenedor con agua dulce durante 24 horas.
    • Objetivo: Verificar que queden completamente sumergidos bajo la superficie del agua, asegurándose de que mantendrán a las personas a flote cuando más lo necesiten.

¡Hora de encender las cosas!

  • Proceso: Se colocan los chalecos en un recipiente con agua y gasolina, Se enciende la gasolina y se deja arder por 30 segundos. Luego, se pasan los chalecos 25 cm por encima del fuego durante 2 segundos.
    • Objetivo: Evaluando si los chalecos pueden resistir una exposición breve a las llamas, crucial en situaciones de emergencia.

Cada parte cuenta, no solo el material que flota.

  • Proceso: Todos los componentes como forros, cintas, costuras y cierres se prueban según la norma ISO 12402-7. Se les somete a condiciones de corrosión y deterioro, luz solar, agua de mar, hidrocarburos y moho.
    • Objetivo: Asegurarse de que ninguna parte del chaleco se pudra, destiña o deteriore con el uso y la exposición a diferentes elementos.

Aquí es donde se ponen serios y comprueban cuán fuertes son los chalecos.

  • Proceso: Se sumerge los chalecos en agua durante 2 minutos. Luego, se deja escurrir y se cierran sus hebillas y herrajes como si estuvieran en uso. Después, se colocan cilindros de prueba en la parte del chaleco que sujeta el cuerpo del usuario y se aplica una fuerza que varía entre 204 y 306 kg a los costados del dispositivo durante 30 minutos, dependiendo del tipo de salvavidas.
    • Objetivo: Asegurarse de que el chaleco pueda soportar grandes fuerzas sin romperse ni ceder, manteniendo al usuario seguro en situaciones extremas.
  • Proceso: Se sumergen los chalecos en agua durante 2 minutos y luego se dejan escurrir. Se cierran las hebillas y herrajes y se colocan cilindros de prueba en la parte del chaleco que sujeta el cuerpo del usuario. Se aplica una fuerza de 71 a 92 kg en las hombreras del dispositivo durante 30 minutos, dependiendo del tipo de salvavidas.
    • Objetivo: Verificar que las hombreras del chaleco son lo suficientemente fuertes para soportar el peso y la tensión sin fallar.

Se prueba qué tan fácil y rápido es ponerse los chalecos salvavidas, porque en una emergencia, cada segundo cuenta.

  • Proceso: Se reclutan al menos 12 personas con constitución normal, sin ninguna familiaridad previa con los chalecos salvavidas. Estas personas se eligen según una variedad de alturas y pesos.
    • Objetivo: Evaluar lo fácil y rápido que los adultos pueden ponerse los chalecos salvavidas sin instrucciones previas, asegurándose de que cualquiera pueda usarlos correctamente en una emergencia.


Los resultados de estas pruebas rigurosas demuestran que los chalecos salvavidas cumplen con los más altos estándares de seguridad, proporcionando confianza y tranquilidad en situaciones de emergencia. Pero, ¿sabías que hay chalecos salvavidas diseñados específicamente para enfrentar los desafíos del mar abierto?

¿Estás interesado en saber más sobre nuestros chalecos salvavidas offshore? Haz clic aquí para descubrir toda nuestra línea de productos y cómo pueden mantenerte seguro en el mar abierto.